miércoles, 5 de abril de 2017

TRATAMIENTO DEL COLECTIVO LGTB EN LA TELEVISIÓN



Hasta la década de los setenta, la homosexualidad en la televisión de España estuvo absolutamente ausente. Simplemente no hubo jamás ningún personaje de ficción homosexual en las series o programas de Televisión española y por supuesto nadie que trabajara en el medio reconoció públicamente su homosexualidad.

Iniciada la Transición, tímidamente se avanza en la visibilidad, pese a las dificultades que se plantean con la censura, incluso avanzada la década de 1970. A modo de ejemplo, el programa de debate La clave anunció la emisión de un programa centrado en el tema a emitirse el 8 de abril de 1978, que fue, sin embargo, censurado y no pudo, por tanto emitirse. La temática no pudo abordarse hasta 1983 en este programa. Otro hito importante, para los cánones morales de la época, fue un reportaje sobre el día del orgullo gay emitido en el espacio Informe semanal en 1981.173


En el terreno de la ficción televisiva la evolución que siguió la televisión fue idéntica a la del cine: comenzaron a aparecer personajes homosexuales, pero siempre como objeto de burla. Las parodias de Andrés Pajares o los chistes de Arévalo son buena muestra.


En la década de los ochenta va cambiando la perspectiva. Los personajes que aparecen son, en ocasiones, individuos atormentados y depresivos por su condición. Si bien hubo un precursor en Jaime Chávarri en el enfoque que le da al personaje de Oscar Wilde en el episodio El retrato de Dorian Gray en la serie Los libros, emitida el 28 de diciembre de 1977,174 la primera en ofrecer ese tratamiento fue la guionista Ana Diosdado en el episodio A pescar y a ver al duque de la serie Anillos de oro (1983), que muestra a un joven (Tony Isbert), dominado por su madre (Margot Cottens) y casado con Rosalía Dans para acallar las presiones sociales. Tres años después la misma autora, escribía la primera serie en España en la que aparecía un homosexual como personaje fijo. Fue Segunda enseñanza y al personaje le daba vida Javier Escrivá.


Ya en los 90 se rodó Tío Willy con Andrés Pajares, serie que Alberto Mira considera como un intento deshonesto de representar la homosexualidad a la medida del espectador heterosexual, un estereotipo cómodo y artificial para el espectador medio.65


Con el final del siglo XX comenzaron a proliferar las series nacionales de televisión que incluyen a personajes LGBT. Estos personajes en general se caracterizan por intentar romper con los estereotipos tradicionales de los homosexuales y tratan problemas de actualidad LGBT, como el matrimonio o la adopción homosexual, entre otros. Fue pionera la serie Más que amigos, con el personaje de Bea (Leire Berrocal), una lesbiana que asume con naturalidad su condición. Mención especial debe hacerse a la también famosa Al salir de clase, una serie juvenil, que en la temporada 1999-2000 introdujo una relación homosexual entre una pareja de adolescentes (Santi - Alejo Sauras - y Rubén - Bernabé Fernández- ) de una manera completamente normal o el personaje de Clara (Laura Manzanedo) que comenzó siendo lesbiana para luego convertirse en bisexual, si bien durante menos tiempo de pantalla que otras series actuales.175


Es posible que el punto de inflexión respecto a la normalización televisiva fuera Siete Vidas (1999-2006), la serie más duradera de la televisión española, con el personaje protagonista Diana Freire (una actriz lesbiana interpretada por Anabel Alonso). Su exitoso spin off, Aída, arriesgadamente introdujo como uno de los personajes principales a un adolescente homosexual (Fidel Martínez), que curiosamente representa de manera exagerada algunos de los estereotipos gays más recalcicantres. Según Eduardo Casanova, el actor que interpreta a Fidel y que tenía tan sólo 15 años cuando comenzó a interpretar el personaje, el objetivo de esto es conseguir que los homosexuales se reconozcan como tales y comprendan que la libertad sexual debe iniciarse cuanto antes.176 Continuaron la estela de Siete Vidas otras series de máxima audiencia como Aquí no hay quien viva, Hospital Central, Los Serrano y Física o Química incluyendo a homosexuales entre sus personajes protagonistas.


Además de las series de producción nacional, cabe destacar las series extranjeras que han triunfado en España y cuyos personajes protagonistas son homosexuales. Desde Jodie de Soap y Stven Carrington (Al Corley) de Dinastía, uno de los primeros personajes finos gay en la historia de la televisión mundial,177 hasta Queer as Folk, emitida en abierto por Cuatro, se convirtió muy pronto en un éxito de audiencia y tras la emisión de su quinta y última temporada se repitió de nuevo completa en horario de madrugada. Igualmente The L Word lleva dos temporadas en antena en un canal de televisión privado. Además se han emitido otras series con algunos personajes principales homosexuales como Buffy la cazavampiros, A dos metros bajo tierra o Will & Grace y han gozado de una muy buena aceptación.175


En 2009 la cadena de ámbito nacional FactoríaDeFicción estrenó una sitcom centrada, por primera vez, en la vida de un grupo de personajes homosexuales, titulada Sexo en Chueca. Dos años más tarde, se dio un nuevo paso, cuando una serie protagonizada por un matrimonio gay (Andrés Hita, Toni Cantó, y Juanjo, Javier Tolosa) era emitida por primera vez en horario de prime time, en este caso en Telecinco y con el título de Vida loca.


Por otra parte, debe hacerse mención de conocidos presentadores de programas nacionales de televisión, como Jesús Vázquez (Supervivientes, Operación Triunfo, etc), Jorge Javier Vázquez (Aquí hay tomate, Salvame), Sandra Barneda (La noria, El gran debate) o Boris Izaguirre (Channel nº 4), que reconocieron públicamente su homosexualidad sin tapujos, y sin detrimento para los niveles de audiencia de sus respectivos programas.


En la década de 2010 se va normalizando el tratamiento a los personajes LGTB, que forman parte de las tramas de ficción, sin que su orientación sexual determine necesariamente el devenir o el comportamiento del personaje. Sería el caso, por ejemplo del personaje interpretado por Cayetana Guillén Cuervo en la serie El ministerio del tiempo (2015).


Escrito por Adrián Arozarena Pachón

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